
La Sombra del Azul: El Misterio del Abandono en el BJJ
Por El Anónimo del BJJ
En el universo del Jiu-Jitsu Brasileño, hay un fenómeno tan curioso como inquietante que ha desconcertado a practicantes y profesores durante décadas: el abandono masivo que ocurre tras alcanzar el cinturón azul. A esto se le conoce en la jerga del arte suave como la maldición del cinturón azul… pero ¿es realmente una maldición, o una señal de algo más profundo? Hoy vamos a descifrar esta etapa crítica con una lupa distinta.
El Inicio del Camino: El Blanco Ilusionado
Todo comienza con la pureza del cinturón blanco. En ese estado inicial, el practicante es como una hoja en blanco: abierto a todo, con hambre de aprender y sin expectativas de rendimiento. Cada técnica descubierta es un mundo nuevo; cada error, una oportunidad disfrazada. Nadie espera que el cinturón blanco sea invencible, y eso le da una libertad única: puede fallar sin culpa, perder sin vergüenza y explorar sin presión.
Pero esa etapa no dura para siempre.
El cinturón azul: una trampa disfrazada de victoria
Cuando eres cinturón blanco, todo es emocionante.
No sabes nada, y eso es perfecto: aprendes a ras de suelo, sin vergüenza, sin expectativas.
Cada llave nueva es un descubrimiento. Cada sumisión que recibes es parte del juego.
Estás en modo “esponja”.
Te absorbes en la técnica, disfrutas del caos, te ríes después de que te hayan sometido diez veces.
Pero algo cambia el día que recibes el cinturón azul.
Ahora ya no eres «el nuevo».
Ahora sientes que debes estar a la altura.
Te miras al espejo y piensas: “Ya no puedo fallar tanto”, “Tengo que rendir mejor”, “No puedo dejar que un blanco me someta”.
Sin darte cuenta, ese trozo de tela azul empieza a apretarte más que nunca.
El Azul: Más Que un Color, un Punto de Quiebre
El cinturón azul llega como recompensa, pero también como prueba. Representa un salto importante en el viaje marcial: ya no eres un principiante, pero tampoco un veterano. Has pasado horas en el tatami, sobrevivido a llaves dolorosas, y empezado a entender las capas del juego. Pero con el nuevo color llegan nuevas exigencias, la mayoría invisibles y autoimpuestas.
Aquí es donde muchos comienzan a derrumbarse.
La presión ya no viene solo de fuera. La verdadera presión brota desde dentro. El nuevo cinturón azul siente que tiene algo que demostrar. Piensa que ya no debe dejarse someter por los que aún son blancos. Cree que sus derrotas ahora deben doler más, que su rendimiento debe estar a la altura de su nuevo grado. Y ese pensamiento es venenoso.
Entre Expectativas y Realidad
A menudo, el cinturón azul vive atrapado entre dos mundos: el entusiasmo ingenuo del principiante y la maestría distante del púrpura. Este limbo emocional genera una carga psicológica compleja. Ya no se permite fracasar, pero tampoco tiene todas las herramientas para brillar. Eso crea frustración.
Y lo peor es que el entorno lo refuerza:
- Los cinturones blancos más avanzados quieren demostrar que están listos para subir.
- Los cinturones superiores ya no le dan espacio, porque ahora se espera que se defienda.
- Su evolución se vuelve más lenta, y eso desespera.
En este escenario, entrenar deja de ser una aventura y empieza a sentirse como una obligación. La pasión se diluye. La motivación flaquea. Y el abandono aparece, silencioso, disfrazado de «una pausa temporal».
Las Pausas que Se Vuelven Eternas
Muchos creen que pueden “tomarse un descanso” después de recibir el cinturón azul. Lo ven como un merecido respiro tras años de constancia. Pero esa pausa suele ser el principio del fin.
Mientras ellos descansan, sus antiguos compañeros siguen avanzando. Los blancos se fortalecen. Su cardio disminuye. Su timing desaparece. El tatami ya no se siente como hogar, sino como un campo hostil. Y entonces, sin darse cuenta, ya no regresan.
¿Por Qué Ocurre Realmente?
Llamar “maldición” a este fenómeno es poético, pero superficial. La verdadera causa es más humana: la falta de comprensión sobre el proceso. El BJJ no es una carrera con metas visibles, ni una escalera con peldaños lineales. Es una espiral de crecimiento, caída, adaptación y renacimiento.
El cinturón azul es una fase de transición, donde el ego lucha por dominar la humildad. Es ahí donde se define si alguien está realmente comprometido con el arte, o solo con el reconocimiento.
El Azul Como Oportunidad, No como Filtro
Pocos lo dicen, pero el cinturón azul es el momento más fértil del camino. Aquí es donde el practicante empieza a crear su estilo personal. Donde ya no memoriza, sino que comprende. Donde deja de imitar y empieza a fluir. Es la etapa de mayor crecimiento interno, aunque no siempre se note en el marcador de las peleas.
Es también la fase en la que más se debe fracasar. Sí, fracasar. Porque es en ese error repetido donde se pulen los reflejos, se consolidan los conceptos y se forma el carácter.
¿Cómo Romper la Maldición?
- Vacía tu ego: El cinturón azul no es una medalla, es una brújula. No indica lo que has logrado, sino hacia dónde debes seguir.
- Abraza la lucha interna: La incomodidad es parte del camino. Sentirte perdido es una señal de que estás avanzando.
- Entrena con mentalidad blanca: Nunca creas que sabes lo suficiente. Entrena como si fueras nuevo cada día.
- No midas progreso por victorias: Mide tu crecimiento por lo que comprendes, no por cuántas veces sometes a otros.
- Rodéate de comunidad: Habla con compañeros, busca consejo, y mantén viva la conexión emocional con el equipo.
Reflexión Final: No te Vayas Ahora
Si estás en azul y sientes que no avanzas, que ya no disfrutas, que tal vez esto no es para ti… escucha esto: estás justo en el lugar donde empieza la transformación real. Lo fácil ya quedó atrás. Ahora toca profundizar.
Muchos se marchan justo antes de florecer. No seas uno más. Quédate. Lucha. Rompe la maldición.
El cinturón azul no es el fin. Es el verdadero inicio.
Firmado:
El Anónimo del BJJ
“Entrena como si no tuvieras cinturón. Aprende como si fueras eterno principiante.”
Deja una respuesta